Factores de riesgo
El Trastorno Afectivo Estacional (TAE), o comúnmente llamado “Depresión Estacional”, es un tipo de depresión relacionado con los cambios de estación. Es un trastorno que comienza y finaliza en la misma época cada año. Para la mayoría de las personas, este cuadro depresivo empieza en otoño, continúa durante el invierno y decae en los meses más cálidos. Aunque hay pacientes que pueden padecer del trastorno a la inversa, en los meses de primavera y verano. Entre los síntomas podemos encontrar síntomas como cambios de humor constantes, pérdida de energía, dificultad de concentración, además de sentir antojos por consumir carbohidratos, comer en exceso y subir de peso.
A nivel mundial hay millones de personas sufren este trastorno, especialmente las que viven en algunas partes del mundo con inviernos largos y fríos. Algunos estudios aseguran que entre el 1% y el 2% de la población se ve afectada por este problema, siendo más frecuente en las mujeres que a los hombres y más en los jóvenes que los adultos. También suelen padecerla personas con trastorno bipolar. Las personas con TAE suelen presentar otros trastornos mentales, como ansiedad, trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH), o trastornos alimenticios. Además, puede ser hereditario.
Si bien, las causas específicas de este trastorno se desconocen, ya que es multifactorial, pero sí hay algunas posibles como la reducción de los niveles de luz solar en otoño e invierno, esto provoca que el cerebro produzca menos serotonina, sustancia química cerebral que afecta el estado de ánimo. En cuanto a la prevención, aunque no existe ninguna forma conocida de evitar el desarrollo de la depresión estacional, si se pueden tomar medidas para controlar los síntomas.
Si sientes que sufres o haz sufrido este trastorno, te dejamos a continuación algunas recomendaciones para tomar en cuenta y prevenirlo:
Terapias en casa: