Causas y efectos
El proceso de concepción y embarazo puede ser una experiencia emocionante y gratificante para muchas parejas. Sin embargo, para algunas, lograr el embarazo puede resultar un desafío frustrante y doloroso. Además de los factores médicos y físicos, existe un aspecto subestimado que puede tener un impacto significativo en la fertilidad: el estrés. Un factor que puede pasar desapercibido si se relaciona con la concepción, sin embargo, es clave en su resultado.
El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones desafiantes o demandantes. No obstante, el estrés crónico o prolongado puede tener efectos negativos en la salud general, incluida la fertilidad. Varios estudios han demostrado que existe una estrecha conexión entre esta sensación y la disminución de la fertilidad, tanto en hombres como en mujeres.
La evaluación de la salud de la tiroides es fundamental para detectar posibles problemas tempranamente. Si experimentas síntomas como fatiga, cambios en el estado de ánimo y de peso inexplicables , sensibilidad al frío o calor, problemas de concentración o alteraciones en la piel y el cabello, es importante buscar la orientación de un profesional de la salud.
En las mujeres, el estrés crónico puede alterar los niveles hormonales, perturbando así el equilibrio necesario para la ovulación regular y la implantación del embrión. Además, puede afectar la circulación sanguínea hacia los órganos reproductivos, lo que puede interferir con la salud del útero y reducir las posibilidades de concepción.
Por su parte, en los hombres, el estrés puede afectar negativamente la calidad del esperma. Si éste ya es crónico puede impactar en la producción y el funcionamiento de los espermatozoides, lo que puede reducir la fertilidad y aumentar la probabilidad de problemas de concepción.
A continuación, te dejamos 5 consejos para gestionar el estrés y reducir su influencia en la fertilidad: