La llegada del verano es, para muchas personas, sinónimo de viajes, vacaciones, felicidad y alegría. Sin embargo, para muchos se trata más bien de  fechas de angustia. Según expertos, en la época estival se produce un incremento superior al 20% de pacientes que presentan algún trastorno relacionado con el aspecto físico.

Padecer obsesiones con el cuerpo y con la alimentación puede traer consigo la aparición de trastornos alimenticios y psicológicos. En la clasificación de los principales trastornos se encuentran la anorexia, la bulimia, vomiting (bulimia nerviosa), el atracón o binge eating y la obesidad. También, entre los trastornos psicológicos pueden aparecer ataques de pánico que deriven en depresión.

Los trastornos relacionados con la apariencia comparten el factor común que aparece cuando las personas no logran manejar el placer frente la comida, que empieza con la idea que tienen las personas de querer tener bajo control la alimentación, con lo cual recurren a las clásicas dietas, todas basadas en algún tipo de restricción y control. De esta manera, lo prohibido se convierte en lo más querido y ansiado y se acaba perdiendo finalmente el control.

En cuanto al sexo y edad en el que son más recurrentes estos trastornos, el porcentaje es mayor en mujeres pero la tendencia está cambiando. En el ámbito de la edad, los casos de trastornos se están dando más en mujeres adultas y adolescentes y en hombres también jóvenes cuya edad no supera los 25 años.

Es primordial aprender a comer todo tipo de alimentos, evitar la dietas restrictivas y disfrutar, y en caso de advertir algún tipo de trastorno, la mejor opción es visitar a un profesional que controle y supervise la situación.